//Meteorología para mejorar estrategias

Meteorología para mejorar estrategias

Llega la época en la que la incertidumbre climática comienza a generar especulación. El hemisferio norte, con el “weather market”, transforma cada actualización de pronóstico en volatilidad de precios, y cuando los stocks aprietan, el más mínimo traspié climático genera grandes cambios en los precios de los granos.

Por: Leo de Benedictis -Meteorólogo / Horizonte A

Avanza el verano boreal y con él las elevadas temperaturas y el riesgo del estrés térmico, las lluvias que suelen ser erráticas en esta época del año generan mayor desconfianza en la evolución de los cultivos en el largo plazo. Mientras tanto, el hemisferio sur inicia el invierno, comúnmente con una merma significativa en los caudales de lluvia debido a la estacionalidad, pero con menores temperaturas, por lo que cae se absorbe, y puede mejorar la humedad en el perfil del suelo. Es época de dudas, de planificación, de manejo, y trataremos desde la meteorología, ser una herramienta más para la toma de decisiones para una mejor estrategia.

Cuestión Macro

La primera situación que desde el punto de vista meteorológico hay que observar es la cuestión macro, es decir, cómo es la situación global de las condiciones de tiempo, con la interrelación océano-atmósfera para poder analizar su probable evolución y como consecuencia, el impacto que esto podría generar en la circulación de la atmósfera, y, por ende, la distribución de humedad a escala planetaria.

Para esto se utiliza uno de los índices más conocidos, el famoso ENSO, que no es más ni menos que determinar qué tipo de circulación podría acompañarnos a lo largo de la próxima campaña.

Tres “simples” opciones: El Niño, La Niña o Neutral son los que muchas veces nos determinan definiendo qué tipo de campaña vamos a tener, no sólo en nuestro país, sino en gran parte del planeta.

“En el análisis de la perspectiva actual, se observa un estado de neutralidad que comenzó durante el otoño y se irá afianzando durante el invierno”

Esto no es sinónimo de condiciones “normales”, esto quiere decir que la distribución de la humedad a escala planetaria será dentro de lo normal, y lo que tendrá más peso o hará más fuerza a nivel local serán las características regionales. Por lo tanto, la perspectiva de mediano plazo será más errática en todo el planeta, con mayor variabilidad intersemanal ya que se dependerá de factores regionales que son mucho más cambiantes que los índices de escala global.

Esto se ve reflejado en la volatilidad del mercado, y más en esta época del año, donde el hemisferio norte comienza la campaña de granos gruesos, momento en el que semana a semana se observan factores que pueden mejorar o empeorar temporariamente la situación de humedad del suelo.

Estos próximos dos meses seguirán mostrando incertidumbre, con momentos de gran convulsión por pronósticos que anticipan eventos negativos y períodos de calma, cuando en la perspectiva se ven temperaturas más benévolas o lluvias que implican mejora en la humedad.

Pero una de las cuestiones cruciales para el hemisferio sur será analizar en qué terminará esta neutralidad actual para cuando llegue el momento de los cultivos de verano en nuestra región, por lo que en esta nota trataremos de dar los primeros indicios de lo que puede deparar el próximo verano en cuestiones de escala global.

Un breve recordatorio que sirve para entender aquello de la circulación general de la atmósfera a escala planetaria, un enfriamiento de la superficie del océano Pacífico central mostrando una anomalía inferior a -0,5ºC indica la presencia de un evento La Niña, mientras que cuando la diferencia de temperatura con los valores normales se mantiene entre 0,5ºC y -0,5ºC se denomina evento Neutral, mientras que una anomalía superior a 0,5ºC determina un evento El Niño.

“La amplitud térmica también puede ser otro de los aspectos importantes para la nueva campaña”

Tendencias de largo plazo

Para ir analizando las tendencias de largo plazo, hoy en día tenemos una gran ayuda de la tecnología, que nos permite comparar muchos modelos climáticos tanto estadísticos como dinámicos y con ello comenzar a analizar, con ciertos rangos de probabilidad, la chance de cada uno de los eventos (El Niño, La Niña, Neutral) para finales de este año. Hoy en día, se puede ver una clara situación de neutralidad a lo largo de todo el invierno y la primera parte de la primavera. A partir del inicio de la primavera se espera que la zona central del océano Pacífico ecuatorial comience a enfriarse, algo que la mayoría de los modelos de largo plazo observan casi de la misma manera, lo que genera un mayor rasgo de confianza. Pero la incertidumbre principal radica en la velocidad e intensidad de ese enfriamiento de la superficie de agua de mar. (Figura 1)

Así como el 100% de los modelos de tendencia de largo plazo muestran un enfriamiento de la temperatura del Pacífico central, la situación se encuentra dividida casi en un “mitad y mitad” entre los que predicen una situación de evento La Niña y los que anticipan que las condiciones se mantendrán en un evento Neutral con características frías.

Ahora bien, en términos prácticos, ¿qué podemos concluir para la campaña gruesa del hemisferio sur?

La situación no es sencilla, claramente, pero ayuda a pensar que es muy elevada la probabilidad de volver a tener un verano errático, con lluvias intermitentes de volumen importante pero acotada a sectores localizados y de gran variabilidad tanto espacial como temporal. Además, la amplitud térmica también puede ser otro de los aspectos importantes para la nueva campaña.

El panorama presentado visiblemente no es el ideal, por el contrario, está en la vereda opuesta, pero si se analiza el comportamiento de la lluvia a lo largo del período del invierno, y con la posibilidad que se retrase la llegada del evento La Niña (o en su defecto, neutralidad con características frías) podría retrasar los momentos más críticos de lluvia, y si bien esto no es una buena noticia, nos puede dar tiempo para hacer una correcta planificación, o al menos una planificación para reducir los impactos negativos.

También hay que tener en cuenta que la temperatura puede ser otro factor de riesgo, especialmente en años con este tipo de circulación planteada, ya que con características de evento La Niña, comúnmente suele potenciarse la probabilidad de heladas tanto tardías como tempranas, especialmente sobre el centro y sur de la región pampeana.

Conclusión

Tratando de dar alguna conclusión, se puede decir que la perspectiva climática sigue mostrando incertidumbre, especialmente cuando se trata de la tendencia de largo plazo, pero gracias a los avances, tanto tecnológicos como científicos, los errores se acotan y eso ya es una importante mejora en beneficio de la planificación y el planteo de estrategias de largo plazo, que pueden ayudar al productor a reducir pérdidas con situaciones climáticas adversas y a incrementar rendimientos cuando la variable clima es favorable.

Fuente: Leo de Benedictis – Meteorólogo / Horizonte A